Nuestra primera vez en la playa (III)
Hay que añadir un detalle. Si estás moreno/a, y decides hacer nudismo, las primeras veces es conveniente no despistarse y usar bronceador alli donde el sol nunca ha llegado. Asi se evitan sorpresas posteriores :)
El ultimo paso era darse un baño entre toda aquella gente, nudistas y textiles. Ir desde donde teníamos las toallas hasta la orilla fue nuestro siguiente objetivo. Nos levantamos y nos dirigimos hacia el agua. Pasamos junto a una pareja que tomaban el sol boca arriba, muy morenos por cierto, que nos miraron desinteresadamente. El chico que leía un libro lo cerró y se levantó, siguiendo nuestros pasos hacia el agua. Un matrimonio mayor paseaba por la orilla ajeno a todo. Y por fin llegamos, parecía haber pasado una hora y solo habían sido unos minutos.
Cuando estuvimos dentro del agua fue cuando alucinamos de verdad... la sensación de bañarse desnudo en el mar no es comparable a nada. Sentir el agua por todo el cuerpo, sin el estorbo del bañador, moviéndote libremente, nadando, las olas rompiendo en lugares del cuerpo donde nunca antes lo habian hecho... en fin, una pasada. Salimos de alli con una sonrisa de oreja a oreja, y si nos quedaba algún resquicio de vergüenza, se lo había llevado el agua salada.
El resto del día lo pasamos tranquilamente, alternando entre el sol y el agua. Y conforme pasaba el tiempo, mas agusto nos sentíamos, y más nos dábamos cuenta de lo inutil que resultan los bañadores y los bikinis.
Así transcurrió el dia... (continuará)
El ultimo paso era darse un baño entre toda aquella gente, nudistas y textiles. Ir desde donde teníamos las toallas hasta la orilla fue nuestro siguiente objetivo. Nos levantamos y nos dirigimos hacia el agua. Pasamos junto a una pareja que tomaban el sol boca arriba, muy morenos por cierto, que nos miraron desinteresadamente. El chico que leía un libro lo cerró y se levantó, siguiendo nuestros pasos hacia el agua. Un matrimonio mayor paseaba por la orilla ajeno a todo. Y por fin llegamos, parecía haber pasado una hora y solo habían sido unos minutos.
Cuando estuvimos dentro del agua fue cuando alucinamos de verdad... la sensación de bañarse desnudo en el mar no es comparable a nada. Sentir el agua por todo el cuerpo, sin el estorbo del bañador, moviéndote libremente, nadando, las olas rompiendo en lugares del cuerpo donde nunca antes lo habian hecho... en fin, una pasada. Salimos de alli con una sonrisa de oreja a oreja, y si nos quedaba algún resquicio de vergüenza, se lo había llevado el agua salada.
El resto del día lo pasamos tranquilamente, alternando entre el sol y el agua. Y conforme pasaba el tiempo, mas agusto nos sentíamos, y más nos dábamos cuenta de lo inutil que resultan los bañadores y los bikinis.
Así transcurrió el dia... (continuará)
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